Hablemos de Upwork

María Paula Muzzachiodi
4 min readJul 9, 2021

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Tema controversial si los hay en el mundillo free-lance

Si sos freelancer, es probable que alguna vez hayas escuchado este nombre. Suele tener mala reputación (más adelante explico por qué) y es ampliamente rechazado por muchos profesionales de muchos rubros. Pero yo trabajo a través de Upwork hace siete años y no puedo quejarme de dónde me ha llevado, aunque sí puedo quejarme de muchas otras cosas. Para poder entender adónde voy con todo esto, empecemos por conocer la plataforma.

¿Qué es Upwork?

Como dice en su perfil de Wikipedia, “es una plataforma global de trabajo independiente donde las empresas o individuos se conectan para realizar negocios”. Nace a partir de la fusión de Elance y oDesk, dos empresas que ofrecían el mismo servicio y eran competidoras. Básicamente, Upwork ofrece a profesionales o agencias de varios rubros como el diseño gráfico, traducción, desarrollo web, programación, arquitectura, etcétera, la posibilidad de encontrar clientes a nivel global y trabajar de forma remota.

El gran beneficio que destaca siempre es la independencia que nos brinda “ser nuestros propios jefes”, poder trabajar bajo nuestros términos y en los horarios que queramos, cobrar en moneda extranjera y otros más, todos debatibles (en este artículo escribí sobre eso y otras yerbas).

Lo que a mi sí me parece un gran beneficio es que ofrece distintos modos de cobro, algo importante para poder organizar nuestro dinero cuando tenemos clientes de distintos lugares del mundo. Y es aún más importante cuando vivimos en un país como Argentina, que no suele hacernos las cosas fáciles en términos impositivos. Como sé que te lo preguntabas, la respuesta es ¡pero claro que también escribí sobre eso!

Y si todo lo que ofrece es tan idílico, ¿por qué es tan controversial?

Una pausa para un meme.

Así como Upwork ofrece muchas libertades, también tiene grandes desventajas. Algunas son:

  • Propuestas laborales de bajo presupuesto
  • Fechas de entrega súper ajustadas
  • “No poder quejarse” porque nos importa mucho que el cliente esté contento para que nos den una buena puntuación
  • La plataforma se queda con el 20% del pago como costo de servicio

Para empezar a ganar esas estrellas y construir una reputación en la plataforma, muchos aceptan trabajos mal pagos, y eso no está bueno para la moral de ningún profesional, ¿no?

Además, un punto en contra que suele escucharse es que no todos los perfiles que ofrecen sus servicios son profesionales que se han formado en ese campo. ¿A qué me refiero? Para delimitar el ejemplo, significa que no todos los perfiles que ofrecen sus servicios de traducción han estudiado traducción. Los clientes no suelen comprobar que los títulos o diplomas que tenemos en el perfil son reales; confían más en puntuación y comentarios de otros clientes.

Ahora, mi caso personal

Yo trabajo a través de Upwork desde febrero de 2014. Me recibí de Traductora Literario y Técnico-Científica en Inglés en noviembre del 2013 y me postulé a una beca de un mes en Santiago de Chile. Quedé seleccionada y, al volver a Argentina en febrero, una colega me dice que en la empresa en la que trabaja necesitan traductores pero que era necesario tener un perfil de oDesk (actualmente Upwork). Creo mi cuenta y comienzo a trabajar. Todo era increíble: mi primer trabajo, sin buscarlo, recién recibida, cobraba US$ 1000 al mes, viajaba y podía trabajar donde mejor me quedara.

Así comenzó mi recorrido y, hoy en día, después de siete años laburando en la plataforma, tengo un perfil bien puntuado, clientes que pagan precios justos, puedo “darme el lujo” de rechazar a los que pretenden pagar poco y ya muchos son parte de mi cartera habitual. Ergo, nos salimos de Upwork y sus comisiones, y trabajamos en colaboración directa.

Hoy, soy la Traductora de español de dos agencias (¡en breves tres!) de optimización de listados de Amazon, de una empresa danesa que fabrica envases, colaboro con una agencia de traducción española y otra inglesa, y tuve la oportunidad de traducir y localizar el contenido para el mercado argentino de marcas como Reebok, Adidas, Unilever y PayPal. También de editar libros y que mi nombre esté debajo del nombre del autor. Y todo eso lo logré a través de Upwork.

Además, ¡puedo viajar y trabajar! Vivo en dos países gracias a la flexibilidad de mi trabajo y, aunque sufro la falta de sueldo fijo, disfruto mucho las otras variables. Soy 100% responsable de mi trabajo, de mis clientes, no tengo que reportar a nadie más que a ellos y hoy en día les facturo directamente.

Así se ve el heading de mi perfil de Upwork hoy.

¿Entonces, María?

Entonces, me gustaría que este artículo actúe como de todo un poco.

Por un lado, como defensor de plataformas de trabajo online, ya que el mundo postpandémico se dirige a la digitalización del trabajo y, sobre todo, al famoso home-office.

También querría que actúe como “preventor” de estafas para profesionales que se inician en el mundo laboral y no saben por dónde arrancar. No está bueno que vendan su tiempo y conocimientos por monedas.

Por otro lado, me gustaría que nos ayude a asumir que nuestro trabajo depende de los medios en un 10% pero 90% de nuestra ética laboral y eso se ve comprobado por el tiempo.

Y, principalmente, me gustaría que actúe como empujoncito para que aquellos que recién comienzan se animen. La salida laboral en traducción suele estar estrictamente asociada a tener que pasar por una agencia de traducción, y no siempre es así.

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María Paula Muzzachiodi

Argentina en Francia | Traductora de inglés + Content writer free-lance | Fan de la pop culture, la arquitectura y la política